¡Háblanos un poco sobre ti!

Hola! Me llamo Miriam, tengo 18 años y soy de Villena, Alicante. Hace poco, este verano, tuve una de las experiencias más alucinantes de mi vida: un programa de inmersión en Estados Unidos con Learning for Life Education.

¿Dónde y qué programa hiciste?

Estuve en Richmond, una ciudad de Virginia, durante cuatro semanas, viviendo allí con una familia americana y participando en un voluntariado.

¿Qué tal la convivencia con tu familia americana?

La convivencia fue genial, me hicieron sentir como una más desde el primer momento. Incluso, vinieron a por mí al aeropuerto el primer día. Además, ellos hacían esfuerzos por entenderme a mí y yo por entenderlos a ellos.

¿Qué actividades hacíais juntos?

Hicimos un montón de planes. Fuimos a un parque de atracciones, visitamos la capital de Estados Unidos e incluso fuimos a un partido de béisbol, que fue muy emocionante. Además, visitamos muchos establecimientos allí, como tiendas o restaurantes.

¿Qué costumbres fueron diferentes para ti?

Había costumbres que eran diferentes, como el horario o la comida, pero el cariño y las ganas de pasar buenos ratos son las mismas.

¿Recuerdas alguna anécdota bonita?

Sí, recuerdo el día en que fuimos a ver los fuegos artificiales el 4 de julio. Había un montón de gente, foodtrucks e incluso un escenario. Fue un momento súper bonito que no voy a olvidar nunca.

¿En qué consistió tu voluntariado?

La mujer con la que estuve era profesora, por lo que, además de ayudarle a ella a preparar sus clases, estuve ayudando en un club de natación a nenes pequeños. Estuve echándoles una mano en las competiciones.

¿Cómo describirías la experiencia?

La experiencia fue muy divertida. Además, las sobrinas pertenecían a ese club, entonces siempre había alguien con el que podía estar, bien fuera familia o incluso la coach del club, que era una amiga.

¿Qué aprendiste?

Aprendí a tener más paciencia, a comunicarme mejor incluso en otro idioma y a disfrutar ayudando a los demás.

¿Cómo fue viajar sola por primera vez?

Viajé sola por primera vez, y claro que al principio tenía un poco de miedo, pero me di cuenta de que yo sola podía hacerlo y fue una experiencia muy chula.

¿Te sentiste acompañada por nuestra parte?

Sí, el equipo estuvo pendiente de mí en todo momento, nunca me sentí sola. Durante el viaje, me iban preguntando cómo estaban yendo las cosas, y si hubiera tenido algún problema, sé que les hubiera podido llamar.

¿Te costó adaptarte al estilo de vida americano?

Un poco al principio, pero, en unos días, ya estaba súper integrada. Al final, el inglés me salía casi sin darme cuenta.

¿Qué crees que has aprendido durante esta experiencia?

Aprendí a que puedo adaptarme, tomar decisiones sola y a disfrutar cosas nuevas aunque me den un poco de miedo.

¿Dirías que ahora eres más segura de ti misma?

Mucho más. Volví con más confianza, más abierta y con más ganas de volver a vivir una experiencia así.

¿Te ha ayudado a madurar o a ver el mundo de otra manera?

Sí, totalmente, me ha hecho crecer mucho como persona. Además, visitar un país diferente con nuevas costumbres te abre mucho la mente.

¿Recomendarías esta experiencia a otros estudiantes?

Claro que sí. Es una oportunidad única para divertirse, aprender y crecer.

¿Qué consejo le darías a alguien que se esté planteando vivir algo así?

Que no lo piense más, y que lo haga. Al principio, da respeto, pero lo que te llevas es mucho más grande que el miedo.