Es un país con una rica tradición folclórica que abarca artesanías tales como bordados, tallas o alfarería pintada y también edificios o manifestaciones musicales. La música húngara comprende desde las rapsodias románticas de Liszt a la música de los gitanos húngaros o la música romaní.
La principal “tarea” de las casas folclóricas es preservar y presentar la antigua cultura junto con el arte popular de la comunidad local; mostrar al público en general las obras maestras arquitectónicas de la cultura popular y los interiores de las viviendas amueblados de forma auténtica junto con la vida cotidiana de un determinado estrato social. Por ello, si visitas algunas casas folclóricas en el país, podrás hacer un verdadero viaje en el tiempo, desde el período posterior al compromiso austrohúngaro de 1867 hasta la década de 1950.
Igualmente es históricamente rica la literatura húngara, con numerosos poetas y escritores que, pese a excepciones como Sándor Máraio Imre Kertész, aplaudidos en época reciente, no son especialmente conocidos fuera del país. Este desconocimiento de la literatura húngara se ha relacionado con las limitaciones que impone el húngaro.